El patrimonio cultural inmaterial o intangible, comprende saberes y prácticas culturales transmitidos de generación en generación, junto con los elementos materiales que les son inherentes; es el legado cultural propio de cualquier colectividad y un activo social que fortalece la identidad y el sentido de pertenencia en respuesta a un entorno. En este sentido, las manifestaciones del PCI son tradiciones vivas, dinámicas y colectivas que tienen normas consuetudinarias y valor simbólico, e incluso, pueden ser integrales con otras formas de patrimonio; se transforman con el paso del tiempo y se enriquecen con otras formas culturales, sin perder aquellos elementos esenciales que las hacen singulares.
Las manifestaciones del PCI son las expresiones culturales que reafirman la identidad de un grupo humano y reflejan elementos, conocimientos y tradiciones propios de esa comunidad en particular. Las manifestaciones son colectivas y dinámicas, tienen protocolos fundados en la tradición y están cargadas de elementos simbólicos. De tal forma, las manifestaciones de este tipo de patrimonio son la expresión de procesos sociales complejos y dinámicos que, por lo tanto, no están exentos de conflictos. Estas manifestaciones, más que estar constituidas por un evento aislado, integran todas aquellas prácticas culturales que las rodean y que hacen posible su realización. De ahí la importancia de salvaguardar no solo la manifestación en sí, sino también los procesos sociales y simbólicos que sustentan estas prácticas en el tiempo y el espacio, y que permiten que sean transmitidas en su comunidad.
En este contexto, este compromiso busca promover y fortalecer iniciativas que aporten a la apropiación, puesta en valor y salvaguardia de las prácticas y saberes de las mujeres portadoras de manifestaciones del Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI) en Bogotá. Las propuestas deben plantear procesos mediante los cuales se activen las prácticas y saberes tradicionales de las mujeres portadoras de PCI que participarán en el proyecto, incluyendo un componente práctico y una estrategia para la visibilización de los mismos.
Este compromiso responde al octavo objetivo específico de la PPMYEG 2020-2030 de contribuir a la garantía del derecho a una cultura libre de sexismo mediante generación y promoción de acciones destinadas a superar las desigualdades en el acceso, goce y disfrute de la vida cultural, artística, recreativa, deportiva y patrimonial de las mujeres en sus diferencias y diversidades.
Con esto se pretende que las mujeres en sus diferencias y diversidad de Bogotá cuenten con garantías y condiciones para participar libremente en la vida cultural, artística y en actividades de esparcimiento, recreativas y deportivas, y los productos asociados se encaminan a otorgar estímulos que promuevan la transformación cultural que contribuyan a la eliminación de estereotipos y las diferentes formas de discriminación.
Finalmente, este compromiso se mide a través del número de estímulos otorgados para la visibilización de los saberes y prácticas de mujeres portadoras del Patrimonio Cultural Inmaterial.
100
100%
Puntos de control
Punto de Control 1: Primer seguimiento al PPMYEG
Primer reporte
Punto de Control 2: Segundo seguimiento al PPMYEG
Segundo Reporte
Punto de Control 3: Tercer seguimiento al PPMYEG
Tercer Reporte
Punto de Control 4: Cuarto seguimiento al PPMYEG
Cuarto Reporte
El patrimonio cultural inmaterial o intangible, comprende saberes y prácticas culturales transmitidos de generación en generación, junto con los elementos materiales que les son inherentes; es el legado cultural propio de cualquier colectividad y un activo social que fortalece la identidad y el sentido de pertenencia en respuesta a un entorno. En este sentido, las manifestaciones del PCI son tradiciones vivas, dinámicas y colectivas que tienen normas consuetudinarias y valor simbólico, e incluso, pueden ser integrales con otras formas de patrimonio; se transforman con el paso del tiempo y se enriquecen con otras formas culturales, sin perder aquellos elementos esenciales que las hacen singulares.
Las manifestaciones del PCI son las expresiones culturales que reafirman la identidad de un grupo humano y reflejan elementos, conocimientos y tradiciones propios de esa comunidad en particular. Las manifestaciones son colectivas y dinámicas, tienen protocolos fundados en la tradición y están cargadas de elementos simbólicos. De tal forma, las manifestaciones de este tipo de patrimonio son la expresión de procesos sociales complejos y dinámicos que, por lo tanto, no están exentos de conflictos. Estas manifestaciones, más que estar constituidas por un evento aislado, integran todas aquellas prácticas culturales que las rodean y que hacen posible su realización. De ahí la importancia de salvaguardar no solo la manifestación en sí, sino también los procesos sociales y simbólicos que sustentan estas prácticas en el tiempo y el espacio, y que permiten que sean transmitidas en su comunidad.
En este contexto, este compromiso busca promover y fortalecer iniciativas que aporten a la apropiación, puesta en valor y salvaguardia de las prácticas y saberes de las mujeres portadoras de manifestaciones del Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI) en Bogotá. Las propuestas deben plantear procesos mediante los cuales se activen las prácticas y saberes tradicionales de las mujeres portadoras de PCI que participarán en el proyecto, incluyendo un componente práctico y una estrategia para la visibilización de los mismos.
Este compromiso responde al octavo objetivo específico de la PPMYEG 2020-2030 de contribuir a la garantía del derecho a una cultura libre de sexismo mediante generación y promoción de acciones destinadas a superar las desigualdades en el acceso, goce y disfrute de la vida cultural, artística, recreativa, deportiva y patrimonial de las mujeres en sus diferencias y diversidades.
Con esto se pretende que las mujeres en sus diferencias y diversidad de Bogotá cuenten con garantías y condiciones para participar libremente en la vida cultural, artística y en actividades de esparcimiento, recreativas y deportivas, y los productos asociados se encaminan a otorgar estímulos que promuevan la transformación cultural que contribuyan a la eliminación de estereotipos y las diferentes formas de discriminación.
Finalmente, este compromiso se mide a través del número de estímulos otorgados para la visibilización de los saberes y prácticas de mujeres portadoras del Patrimonio Cultural Inmaterial.
Vigencia del compromiso
Detalles del compromiso
La Asamblea General de las Naciones Unidas expidió la Resolución 70 de 2015 mediante la cual se fija la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible. Colombia se comprometió a implementar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en el marco de esta Agenda, entre los que se incluye el Objetivo 5 que propone lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas con las siguientes metas:
- Poner fin a todas las formas de discriminación contra todas las mujeres y las niñas en todo el mundo.
- Eliminar todas las formas de violencia contra todas las mujeres y las niñas en los ámbitos público y privado, incluidas la trata y la explotación sexual y otros tipos de explotación.
- Eliminar todas las prácticas nocivas, como el matrimonio infantil, precoz y forzado y la mutilación genital femenina.
- Reconocer y valorar los cuidados no remunerados y el trabajo doméstico no remunerado mediante la prestación de servicios públicos, la provisión de infraestructuras y la formulación de políticas de protección social, así como mediante la promoción de la responsabilidad compartida en el hogar y la familia, según proceda en cada país.
- Velar por la participación plena y efectiva de las mujeres y la igualdad de oportunidades de liderazgo a todos los niveles de la adopción de decisiones en la vida política, económica y pública.
- Garantizar el acceso universal a la salud sexual y reproductiva y los derechos reproductivos, de conformidad con el Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, la Plataforma de Acción de Beijing y los documentos finales de sus conferencias de examen.
Además del objetivo específico relacionado con la igualdad de género y el empoderamiento de mujeres y niñas, el enfoque de género aparece como transversal a los demás objetivos establecidos. Por ello, el país, y en particular Bogotá, se comprometen con la implementación de políticas que permitan materializar efectivamente los propósitos allí contenidos.
Con esto en mente, es de resaltar que, si bien en la ciudad hay avances importantes en términos de la garantía de los derechos de las mujeres y el logro de la igualdad de género, aún persisten las desigualdades y discriminaciones en su contra, así como injusticias de orden económico, cultural, social y político, que se basan en patrones que asignan a las mujeres un estatus inferior, con lo cual se reproducen relaciones de subordinación y dominación.
Este compromiso responde a garantizar, entre otros, el derecho a una cultura libre de sexismo. La cultura comprende el entramado de representaciones, símbolos e imaginarios a través de los cuales los seres humanos otorgan sentido a su realidad, ordenándola y categorizándola. Está conformada por el conjunto de rasgos distintivos materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o a un grupo social. Además de la producción artística y estética, remite a la trama de prácticas y significados mediante la cual se construyen las identidades, subjetividades y ejercicios de las diversas ciudadanías.
La cultura instaura nuestras formas de ver el mundo, estableciendo los lugares y referentes que constituyen identidades, tanto individuales como colectivas, suministrando un marco de referencia sobre el pasado, el presente y el futuro, a la vez que sobre cómo deben ser las relaciones con las demás personas y los territorios. En este contexto, el análisis desde el enfoque de género sobre la cultura ha develado que esta no es neutral, sino que puede constituir un medio para la naturalización de las desigualdades sociales a través de la legitimación de diferentes formas de discriminación (sexismo, racismo, clasismo, entre otras). Estas múltiples formas de desigualdad que recaen sobre las mujeres en todos los niveles y ámbitos de la sociedad se encuentran arraigadas en la cultura a través de la cual se trasmiten y reproducen representaciones e imaginarios que sustentan en el sistema sexo-género, bajo la lógica del sentido común, es decir, comprendido como aquello que no se cuestiona, interroga o critica en la medida que se asume como el orden natural de las cosas (PPMYEG 2020-2030). Es en la innovación y la reinterpretación de la cultura (Durán, 2000) el lugar en el que se pueden dar los cambios más significativos, a través de la transformación de las representaciones y prácticas que sustentan la discriminación contra las mujeres en diferentes ámbitos
En el marco de este derecho también resulta fundamental valorar la presencia histórica de las mujeres en la creación y transformación de la cultura, el arte, el patrimonio y el deporte, dado que, si bien las mujeres siempre han sido creadoras y constructoras de la cultura, no siempre se ha reconocido su aporte ni apoyado su inserción en la producción y creación de símbolos, significantes y representaciones. Por lo anterior, este reconocimiento forma parte de su largo y lento proceso de construcción como sujetas de derechos.